Martes, 20 de Deciembre de 2016
Del barro al polvo
¿Nadie, cuando ve qué somos y adónde vamos, se acuerda de Francisco de Borja y su «¡Nunca más servir a señor que se me pueda morir!»?
Claro, que para eso hay que saber quién es Francisco de Borja y por qué lo dijo, y echar menos horas de gimnasio. De gimnasio… O de bar, o de tele, o de rasca-huevos,… Lo del gimnasio es por la contraposición de bellezas.
La cita también sirve para señor que te haya de abandonar, como Don Dinero o similares: Televisor full mega16K hyperLED con pantalla esferoide de 300 pulgas y 200 garrapatas por centímetro cuadrado,…
Viernes, 16 de Deciembre de 2016
Al respecto de los horarios de trabajo y la conciliación con la vida personal y familiar
Hace ya varios años colaboré con una empresa (la cual ya ha cerrado) que en sus malos tiempos, cuando no tenía labores para sus empleados pero ya no podía despedir a más por si le surgía algún trabajo, decidió aumentar la jornada laboral en una hora diaria más.
Tras enterarme del nuevo horario un día que estuve en las oficinas hasta la hora de cierre y ver que nadie se marchaba les pregunté a los técnicos de la empresa con los que habitualmente tenía relación profesional —es decir, a las personas con las que en ese momento estaba trabajando— lo que hacían entonces: «Lo mismo que el resto del día, nada. Hacer ver que estamos ocupados», me respondió uno de ellos.
Mi pregunta, obvia, fue si es que no se daban cuenta los jefes. La respuesta, para reír o llorar, fue: «Claro que se dan cuenta pero, ¿sino qué hacemos?».
Y es, al respecto de esta anécdota (y unas cuantas vividas en primera persona de las que no pienso hablar), que me surge a mí la duda sobre que harían la mayoría de las empresas españolas si les dijesen que, con carácter general, la jornada laboral debe acabar a las seis de la tarde.
El que se pregunte qué hacía yo colaborando con una empresa que no tenía trabajo, la respuesta: los contratos y compromisos adquiridos se han de cumplir si se quiere intentar no hundirse del todo.
Martes, 22 de Noviembre de 2016
Lo que no me gusta de ti es lo que quiero para mí
¿A nadie le llama la atención que la gente se eche las manos a la cabeza por las futuras políticas proteccionistas de Donald Trump, como retirar el TPP, y que después se le dé a «Me gusta» a mensajes de no compres productos chinos, compra productos españoles?
Pero resulta que muchos de esos productos «españoles» no están hechos en España, sino, por ejemplo, en China. Y no me refiero a que la empresa española tenga una fábrica en China, sino que encarga el producto (con sus requerimientos de calidad) a un fabricante chino. ¿Estos son los productos «españoles»?
Luego están las empresas españolas que tienen fábricas en India, Turquía, Marruecos,… Y que tan mala fama tienen por ello, aunque no se dejan de comprar sus productos. ¿Son estos otros los productos «españoles» a los que se refieren?
Que yo sepa a nadie le molestó, al menos por aquí, que viniesen los japoneses en los años ochenta para montar sus fábricas de coches. Más aún, recuerdo como en el telediario se hablaba de lo parecido que era el carácter de los españoles y de los japoneses…
…
Perdonad la tardanza, es que con la risa me cuesta escribir…
Eso sí, la gente sí se molestó cuando Gillette decidió desmantelar su fábrica en España para llevársela a un país en el que tuviesen menos gastos. Ningún español pensaba comprar productos Gillette.
Tal vez sea que la cuestión es otra: si me beneficia lo quiero y si no me beneficia, pues no lo quiero; exportar sí, importar no; o cualquier cosa que venga a decir algo similar.
Como cuestión anecdótica, ¿alguien sabe que el 20% de la deuda pública española la tiene China?
Y que conste que yo no le compro a nadie: no recuerdo si vivo del aire o como Henry David Thoreau.