Domingo, 5 de Febrero de 2017
Celada
¿Un falso amigo que te diga lo que te gustaría escuchar o un verdadero amigo que te diga la verdad? ¿Qué prefieres? ¿Y qué deseas?
¿Querer que todos sean como tú para no sentirte como un mísero demente desplazado, alejarte para no ser parte de esa vulgar grey?
Solo estás tú en tu cabeza así que sin mentirte a ti mismo… Yo ya sé lo que quiero, aunque, a veces, me duela y no lo prefiera.
Sabado, 4 de Febrero de 2017
Tú, yo y las redes sociales
¿Te has acordado de darle «Me gusta» a la imagen que ha subido ese amigo de la infancia en Facebook?… ¿No?… Pues recuerda hacerlo, no vaya a ser que piense que no miras lo que pone y se mosquee contigo. Es importante, pese a que haga veinte años que no os veis: la ciudad es grande y no es fácil coincidir. Para eso está Facebook.
Si, además, la imagen resulta ser graciosa incluso puedes compartirla; eso, encima, te hará ganar puntos con él.
¿Qué importa si nunca has visto en su muro algo realmente suyo? Es el de siempre, sigue siendo tan gracioso como antes, solo hay que ver los gif y los chistes que sube, y sigue siendo tan profundo como en sus mejores momentos de antaño (con litrona y bolsa de pipas sentado en el muro de la estación), da gusto leer esas imágenes con frases que tú no sabrías ni dónde empezar a buscar.
Puedes reciclar cosas de las que él sube. Tus otros amigos verán que tú también eres gracioso y profundo. Con suerte incluso alguno de ellos suba lo mismo que tú… Claro, son tus amigos y sois como almas gemelas: os hacen gracia las mismas cosas y en vuestro más hondo e íntimo interior sentís igual.
¿Pero por qué tiene que haber siempre alguien que dé la nota? Habrá que aguantarlo, es un viejo amigo, y no parecía mal tipo… Con no hacerle caso es suficiente. Ese siempre con sus pensamientos e historias, ¿por qué no sube gif, vídeos y chistes como todos los demás? Si quiere sentirse superior, ¿por qué no sube más imágenes con frases reflexivas, por qué no reenvía cadena y hoax que demuestren lo concienciado que está?… ¡No!, tiene que subir cosas escritas por él… ¡Qué se cree ese tío! ¿Por qué no se abre una cuenta en Twitter y se entretiene respondiendo a Antonio Muñoz Molina y a Pérez Reverte?
Si yo quisiese también podría escribir lo que pienso y lo que opino de las cosas, pero yo no soy un pedante. ¡Que se vaya a Twitter a ver si alguna sesuda revista le retuitea y así se siente realizado! ¿Qué pretende, ser mejor que todos nosotros? ¿Mejor que todos los demás?
Solo le falta decirnos que algún día no sabremos lo que decimos porque nos habremos acostumbrado solo a compartir lo que otro escribió… Porque encima va y nos dice que todo eso que compartimos lo ha escrito o lo ha hecho otra persona, ¡como si no lo supiésemos!… Pero es que él no es capaz de darse cuenta de que hay personas y personas y a pesar de que dos personas digan lo mismo el valor no es el mismo… Él, que se cree tan listo, no es capaz de ver la diferencia que hay entre una persona cualquiera, como él y como yo, y Paulo Coelho. ¡El pobre, a su edad, todavía no ha aprendido cuál es su lugar en el mundo!
Esta misma mañana decía: «Deja de darme comida enlatada y demuéstrame lo que sabes hacer en la cocina»… A ver, ¿qué se supone que quiere decir con eso? Mis huevos fritos son cojonudos, ¿y qué? ¿No pretenderá que salga jugando al ping pong en la mesa de la cocina?
Lo tendré como amigo pero ni se me ocurriría compartir algo suyo, los demás podrían empezar a creer que soy tan raro como él. ¡No! Yo soy un tipo normal: me gusta compartir chistes cuando me suben los impuestos y cuando los políticos nos roban… ¿pero escribir lo que pienso y salir a quejarme?
Domingo, 25 de Deciembre de 2016
Hoy es Navidad
Hoy, como cualquier otro día de tu vida, morirán decenas de miles de personas en el mundo, y muchas de ellas lo harán violentamente, por desnutrición, por no disponer de agua potable, por problemas derivados de malas o irresponsables políticas o gestiones medioambientales,… ¿Algo más cercano?, ancianos que no tienen dinero para pagar la electricidad del brasero eléctrico de una mísera mesa camilla. En definitiva, por causas que me dirás que podrían haberse evitado… Y yo te pregunto: ¿Qué has hecho tú para impedirlo?
¿Si el 25 de mayo todo eso no te importa, por qué te importa el 25 de diciembre? ¿Acaso te has propuesto no volver a ir al gimnasio, al bar, a la discoteca, de vacaciones,… hasta que la gente deje de morir o sufrir injustamente; pudiera ser que hayas decidido privarte de comprar ropa o tecnología hecha en países del tercer mundo; tal vez no compras cosas que estén hechas en estados o naciones que no respetan el medio ambiente (dime cuál lo hace); prescindes de tu smartphone, de tu ADSL con wifi o de tu portátil, de la televisión por cable, quizá de la videoconsola,…; has decidido no celebrar tu cumpleaños, el de tus hijos, padre, madre, hermanos,…; has olvidado el cine, los museos, los libros y el teatro; por casualidad, a lo mejor o a lo peor, has resuelto no volver a escuchar música hasta que todo lo malo de este mundo cambie? No seas hipócrita, si no deseas felicitar o ser felicitado es simple: ignora las felicitaciones y no felicites.
Para el que lo quiera recibir: ¡Feliz Navidad!
Y con mi «¡feliz Navidad!» recuerda que incluyo un mensaje de paz y amistad. No creo en Dios porque no puedo, no porque no quiera, pero puedo desearle hoy a todo el mundo lo que le deseo cualquier otro día del año: felicidad.
Hoy, no el 25 de mayo, he decidido que quiero decirlo… Aunque lo desee todos los días del año.
Para todos aquellos que solo están contentos no siendo felices, para los que disfrutan amargando la vida a los demás, para el que no le gusta la Navidad o para el que no quiera que le feliciten, esto es lo que le digo: