Jueves, 7 de Noviembre de 2013
Para que nadie me tache de hipócrita
Aunque muy poca gente lo sabía, estuve afiliado a un partido político durante nueve meses (menudo embarazo). Fue, en aquel entonces, en un nuevo partido que se presentaba por primera vez a las elecciones y que decía, y dice, no ser de derechas ni de izquierdas.
Soy incapaz de dejar que otros decidan que es lo que pienso, así que la cosa, debí darme cuenta, no podía acabar bien.
sábado, 5 de mayo de 2012
Desesperación
Ayer me encontré a un hombre llamado Antonio, que para más datos el 26 de este mes cumplirá 61 años; lo llevé en coche hasta Fuente Vaqueros (Granada).
“¿Y qué?”, me dirás.
Simplemente te podría responder que me preguntó si tenía algún trabajo que ofrecerle; venía desde Trujillo (Cáceres), de pueblo en pueblo, buscando trabajo, cualquier trabajo. Iba a Fuente Vaqueros andando porque no tenía dinero para ir en autobús. Había comido porque un matrimonio le compró un bocadillo de tortilla esa mañana.
Mientras, los políticos hacen su paripé afectadamente y después se van a sus casas con los bolsillos y la barriga llena (en España ya son muchos los que ni tan siquiera pueden decir esto último). Vergüenza me daría decir que me dedico a la política; pero, claro, no todos tienen vergüenza.
Y ahora algo de esas frías estadísticas que tan poco nos afectan:
Más del 20% de la población española vive por debajo del umbral de la pobreza (Fuente: Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística, noticia en RTVE, según encuesta del INE).
En España cerca de 2200000 niños (dos millones doscientos mil niños) viven bajo el umbral de la pobreza (Fuente: El Mundo).
Juvenal hablaba del “Panem et circenses”; ¡qué suerte la de los romanos!, en la actualidad hay mucho circo (del muy muy malo) y poco pan.
sábado, 23 de junio de 2012
Veinte de mayo, un instante de una primavera.
Hoy podría ser un día cualquiera,
pero un hombre afligido se conmueve
al percatarse de que fuera llueve
y pensar que la vida es pasajera.
Hacia la ventana débil se mueve
arrastrando lentamente los pies,
mientras, viendo lo que fue y lo que es,
cree que la existencia es harto breve.
Se sienta y observa con interés.
Agua y viento en su cara golpeando,
una manta su espalda resguardando.
Ensimismado piensa en los porqués
y en que sentido tiene este revés,
en si es la última vez que ve llover.
¿Mas, quién habrá que lo pueda saber?
Nadie ha tenido nunca esa certeza,
pero él siente con inmensa tristeza
que es la última vez que la habrá de ver.
Siento que resulte algo triste, pero es como tú te sentías.
Con la certeza de que habrás de ver muchísimas otras veces llover.
¡Felicidades Nacho!, y que cumplas, que lo harás, muchos más.
lunes, 4 de junio de 2012