Sabado, 4 de Febrero de 2017
Tú, yo y las redes sociales
¿Te has acordado de darle «Me gusta» a la imagen que ha subido ese amigo de la infancia en Facebook?… ¿No?… Pues recuerda hacerlo, no vaya a ser que piense que no miras lo que pone y se mosquee contigo. Es importante, pese a que haga veinte años que no os veis: la ciudad es grande y no es fácil coincidir. Para eso está Facebook.
Si, además, la imagen resulta ser graciosa incluso puedes compartirla; eso, encima, te hará ganar puntos con él.
¿Qué importa si nunca has visto en su muro algo realmente suyo? Es el de siempre, sigue siendo tan gracioso como antes, solo hay que ver los gif y los chistes que sube, y sigue siendo tan profundo como en sus mejores momentos de antaño (con litrona y bolsa de pipas sentado en el muro de la estación), da gusto leer esas imágenes con frases que tú no sabrías ni dónde empezar a buscar.
Puedes reciclar cosas de las que él sube. Tus otros amigos verán que tú también eres gracioso y profundo. Con suerte incluso alguno de ellos suba lo mismo que tú… Claro, son tus amigos y sois como almas gemelas: os hacen gracia las mismas cosas y en vuestro más hondo e íntimo interior sentís igual.
¿Pero por qué tiene que haber siempre alguien que dé la nota? Habrá que aguantarlo, es un viejo amigo, y no parecía mal tipo… Con no hacerle caso es suficiente. Ese siempre con sus pensamientos e historias, ¿por qué no sube gif, vídeos y chistes como todos los demás? Si quiere sentirse superior, ¿por qué no sube más imágenes con frases reflexivas, por qué no reenvía cadena y hoax que demuestren lo concienciado que está?… ¡No!, tiene que subir cosas escritas por él… ¡Qué se cree ese tío! ¿Por qué no se abre una cuenta en Twitter y se entretiene respondiendo a Antonio Muñoz Molina y a Pérez Reverte?
Si yo quisiese también podría escribir lo que pienso y lo que opino de las cosas, pero yo no soy un pedante. ¡Que se vaya a Twitter a ver si alguna sesuda revista le retuitea y así se siente realizado! ¿Qué pretende, ser mejor que todos nosotros? ¿Mejor que todos los demás?
Solo le falta decirnos que algún día no sabremos lo que decimos porque nos habremos acostumbrado solo a compartir lo que otro escribió… Porque encima va y nos dice que todo eso que compartimos lo ha escrito o lo ha hecho otra persona, ¡como si no lo supiésemos!… Pero es que él no es capaz de darse cuenta de que hay personas y personas y a pesar de que dos personas digan lo mismo el valor no es el mismo… Él, que se cree tan listo, no es capaz de ver la diferencia que hay entre una persona cualquiera, como él y como yo, y Paulo Coelho. ¡El pobre, a su edad, todavía no ha aprendido cuál es su lugar en el mundo!
Esta misma mañana decía: «Deja de darme comida enlatada y demuéstrame lo que sabes hacer en la cocina»… A ver, ¿qué se supone que quiere decir con eso? Mis huevos fritos son cojonudos, ¿y qué? ¿No pretenderá que salga jugando al ping pong en la mesa de la cocina?
Lo tendré como amigo pero ni se me ocurriría compartir algo suyo, los demás podrían empezar a creer que soy tan raro como él. ¡No! Yo soy un tipo normal: me gusta compartir chistes cuando me suben los impuestos y cuando los políticos nos roban… ¿pero escribir lo que pienso y salir a quejarme?