Jueves, 10 de Deciembre de 2015
Política y síndrome de Estocolmo
¿Quién no lo sabe? La solución en un caso de maltrato doméstico es simple, dejar al maltratador.
¡Qué fácil afirmar algo y qué difícil puede resultar llevarlo a cabo!… ¡Cuánta gente es incapaz de ver la dificultad que hay tras las acciones y las inacciones de los demás, olvidando que peor que la dependencia económica es la dependencia emocional!
Resulta sencillo juzgar a los demás, ver la paja en ojo ajeno y no darse cuenta de que hay quienes cada cuatro años hacen promesas que luego nunca cumplen, que nos dicen que cambiarán, que no lo harán más y que serán mejores… Te pedirán una nueva oportunidad, y tú, que sabes que en el fondo te quieren de verdad, se la volverás a dar. Cada cuatro años, dócil, se la volverás a dar.
Despierta, mírate al espejo y vuelve a pensar que esa persona es imbécil por no dejar a quien le maltrata.