Hoy hace 28 años que murió mi hermano. Como no cumplía años hasta el 20 de marzo, desde hace unos días hace más tiempo que murió que tiempo vivió (no ha tardado mucho en ser así, no vivió muchos años).

Supongo que no soy tan diferente de los demás y también me dedico a escribir de quienes ya murieron, a escribir sobre que los echo de menos. Creo que con los años me voy llenando del vacío que dejan los que se fueron: los que murieron, incluso todos los que hubo antes que yo y que nunca llegué a conocer, y los ausentes, los que siguen vivos pero ya no están en mi vida. Creo que es la melancolía de la vejez.

Sin cambios no hay vida y, ay, cuántas veces nos gustaría que nada cambiase… Y otras, que todo cambiase.