Se despertó con el corazón empapado y el cuerpo acelerado, o algo así le parecía. Trató de mirar a su alrededor pero no consiguió ver nada en la oscuridad de la habitación; eso le calmó... Hasta que pensó que quizá la pesadilla siguiese acechando en la oscuridad, a la espera de que se volviese a dormir.
"Pero habrá que dormir", se dice.